ASma adultoEl asma bronquial podemos definirla como aquella enfermedad que produce una inflamación crónica de las vías aéreas, se asocia a hiperrespuesta bronquial y produce episodios recurrentes de sibilancias, ahogo, opresión torácica y tos como síntomas y signos clínicos más frecuentes, así como una obstrucción de mayor o menor grado al aire que respiramos, siendo característico en algunos pacientes que los síntomas sean más frecuentes por la noche.

Estos síntomas y signos son variables y reversibles y están provocados por diferentes desencadenantes como las infecciones víricas, humo del tabaco, ejercicio, medicamentos (betabloqueantes, antiinflamatorios),  alérgenos.

La prevalencia de las enfermedades alérgicas tiende a aumentar. Son muchos los estudios que han demostrado una relación clara de coexistencia entre la rinitis, conjuntivitis y el asma. La mayor parte de los pacientes asmáticos tienen rinitis (80-95%).

De ahí la importancia de determinar y testar los principales aeroalergenos (ácaros del polvo, gramíneas, olivo, plátano de sombra, ciprés, pino, eucalipto, artemisa, parietaria, epitelios de perro y de gato, alternaria,…) por medio de unas pruebas cutáneas y analítica de sangre. Su identificación, nos permitirá realizar un tratamiento integral de su proceso asmático, utilizando la gran variedad de inhaladores existentes hoy día y el uso, cuando está indicado, de la inmunoterapia específica.

El objetivo no es otro que lograr y mantener el control de la enfermedad y prevenir las exacerbaciones. De ahí la importancia de la evaluación periódica del paciente, consensuando con su neumólogo un plan de actuación ante recaídas, incluyendo educación en el manejo de los distintos dispositivos de inhalación, educación en conocimientos y habilidades para el manejo de su asma, control ambiental.